Agua, café y tabaco
Hoy quiero brindar por mi vejez, que no voy a llegar a conocer, por los amigos que no voy a dejar de ver, por mis hermanos que siempre lo van a ser, por mi mascota que es más larga que corta, por esos besos que no dí, por la prudencia que aprendí a guardar y la inocencia que he logrado vencer para admirar en la otredad, por las canciones que escribí y los versos que canté, por los salones que crucé y los platillos que serví, por las sonrisas que causé y los abrazos que recibí, por el llanto que aguanté y las lagrimas que sequé, por tantos días con sus noches por los vasos que vacié, por los ojos que amé y la estrella que alcancé, por saber que mañana el sol va a salir, sin saber si lo veré, no tengo más cosas que decir, solo las gracias te daré: Vida ausente y escurridiza, Dios bendito y bondadoso, madre mía, la más querida.
